Historias mágicas del Valle de Tena: Alí de Lanuza,“El camello de tres jorobas”

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-Una, dos y… tres!
No puede ser. Contaré otra vez. Una, dos y …tres!
La mamá de Alí contaba y recontaba, pero por más que contaba una y otra vez el resultado final siempre acaba siendo el mismo: TRESSSS!!

-Es increíble. Mi pequeño Alí tiene ¡¡¡tres jorobas!!- se repetía la madre de Alí. Lo que no sabía la mamá de Alí es que su hijo acaba de nacer la noche del 21 de Junio. La noche más corta del año. La noche en la que se abren las puertas que nos acercan a otros mundos. La noche en que las Hadas se muestran a todos aquellos cuyo corazón rebosa de pureza e inocencia. La noche en que las plantas desarrollan todas sus propiedades curativas. … En definitiva, ¡La noche en que la Naturaleza desata toda su magia!
Y por eso, muy lejos de allí, minutos antes de que Alí naciera, …a las orillas del pantano de Lanuza, en pleno Valle de Tena, cuando el sol Lorenzo comenzaba a esconder su corpachón redondo y amarillo por detrás de Peña Telera: Luna la luna, la estrellita Noa, el búho panticuto y la brujita Guirandana celebraban una gran fiesta al son de los acordes de la guitarra del Ángel Paco.

Allí estaban, toca que te toca el Ángel Paco, y escucha que te escucha sus amigos, cuando de repente una cuerda de la guitarra se rompió. Y al romperse una nota musical salió disparada por el cielo del Valle de Tena. Rauda y veloz fue a estrellarse contra la Peña Foratata de Sallent, empapándose de toda la esencia del Valle de Tena. Desde allí subió y subió hasta alcanzar el firmamento. La estrellita Noa trató de atraparla, pero la nota musical, escurridiza como era, se escapó de entre sus manos y siguió subiendo y subiendo hasta chocar con Luna la luna. Después comenzó a bajar y bajar, alejándose cada vez más del Valle de Tena.

¿Y sabéis dónde fue a parar? Pues tras recorrer kilómetros y kilómetros y atravesar muchísimos países fue a caer en un desierto al Sur de África. Y os contaré todavía más, cayó en el tripón de la mamá de Alí. Atravesó su barriga y fue a golpear al pequeño Alí que, a la espera de nacer, dormitaba en el interior de la tripa de su mamá. Del golpe una nueva joroba creció en el lomo de Alí. Una joroba que contenía la semilla del Valle de Tena y que se convirtió en el nuevo hogar de nuestra pequeña nota musical.
1,2,3…1,2,3 …y por eso al nacer no fueron 2 sino 3 las jorobas del camello Alí. Por eso, y por nada más, nació bailando el pequeño Alí al son de la nota musical que vivía en su joroba número 3.

Alí creció y creció y al crecer lo hizo también la semilla del Valle de Tena sembrada en su interior. Y así un día, sin saber por qué, sus patitas echaron a andar hacia el norte, y él sin saber a dónde le llevaban…, las dejó hacer.
Cruzaron ríos, escalaron montañas, atravesaron desiertos, y por allá donde pasaron hicieron amigos. Y a todos ellos nuestra pequeña nota musical les pedía que tocaran su música. Ellos tocaban y con cada melodía surgían nuevas y exóticas notas musicales a las que, nuestra
pequeña amiga, invitaba a vivir en la joroba número 3. Poco a poco, la joroba número 3 del camello Alí, acabó convirtiéndose en una sinfonía de músicas del mundo.
Y cargado de música andaba nuestro camello cuando se topó con unas montañas gigantescas. De repente, a la orilla del pantano de Lanuza, sus patitas decidieron dejar de andar, y así quieto y maravillado por la belleza del lugar lo encontraron Luna la luna, la estrellita Noa y el Ángel Paco.

La pequeña nota musical les pidió, como había hecho con todos aquellos que había encontrado durante su largo viaje, que le mostraran su música. El ángel Paco afinó su guitarra, comenzó a tocar, y con la primera melodía…, nuestra nota musical se dio cuenta de que estaba de nuevo en casa, en su Valle. Contenta y feliz salió de la joroba de nuestro camello Alí, y con ella salieron todas las notas musicales del mundo que vivían también en la joroba número 3. Desde el pantano de Lanuza se extendieron por todo el Valle, alcanzando hasta el último rincón. Y es por ello por lo que cada verano, músicos de todo el mundo, vienen al Valle de Tena para reencontrarse con sus notas musicales… Y es también gracias a esta historia por lo que sabéis por qué un camello de tres jorobas vive con nosotros desde hace más de treinta años en el Valle de Tena.
Alí el camello de Lanuza, Alí el camello que vino más allá de Pirineos Sur…

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